lunes, 7 de mayo de 2012

Ahora estoy aquí


Habían pasado casi dos meses. Y tenía la sensación de que el tiempo se había esfumado entre mis dedos. Abrí la ventana, respiré hondo y fue entonces, al mismo tiempo que el aire puro de la campiña francesa llegaba a mis pulmones, cuando descubrí que ya las cosas no volverían a ser lo que fueron. En ese instante un haz de melancolía recorrió mi cuerpo, si es cierto, todo cambia y evoluciona, por mucho que nos resistamos, y ahora yo lo estaba viviendo en primera persona. No sé bien como explicar esa transformación, simplemente son cosas que pasan, un día te levantas y en esencia sigues siendo tú, aunque en tu interior algo ha cambiado.

Dos meses antes pasaba por una encrucijada, necesitaba un cambio, la rutina me consumía. Todavía no era consciente del momento en el que mis sueños se habían convertido en un anhelo. Como la mayoría me había trasladado a la gran ciudad tras terminar mis estudios, ilusa de mí durante un tiempo pensé que lograría encontrar un trabajo en el que me realizaría tanto personal como profesionalmente. Pero la gran ciudad, no resulto ser como yo esperaba, más bien era una jungla donde imperaba la ley del más fuerte.

Cansada de ir de hostal en hostal y tras un mes de búsqueda por fin encontré el que sería mi hogar en los siguientes tres años. Al hogar le siguió un trabajo precario en una de las mayores empresas del país, durante el siguiente año “El Corte Inglés” se encargó de pagar mis facturas y de permitirme descubrir el corazón de esa gran ciudad. Pero por aquel entonces ya se vislumbraba la crisis económica que hoy asola el país, y después de un año me encontraba otra vez en la misma situación. Compaginando trabajos precarios, con el paro tuve la opción de seguir formándome académicamente.

Mi vida laboral era un caos, y mis relaciones personales, bueno ese tema lo dejaremos para otro momento. La vorágine de mi vida me absorbía y necesitaba un cambio. Entonces, casi sin esperarlo se me presentó una oportunidad que no pude rechazar, tendría que dejarlo todo, empezar de cero en la campiña francesa, durante ocho meses colaboraría en un centro sociocultural. Nuevas experiencias, nuevos retos, pero sobre todo, nuevas ilusiones, hacia mucho que no tenía ilusiones nuevas y el nerviosismo a lo desconocido empezaba a recorrer mi cuerpo, la adrenalina se apoderaba de mí. En ese mismo instante, me encontré en una disonancia cognitiva, por un lado se encontraban las nuevas oportunidades que se brindaban a mi paso y por otro, por otro como explicarlo, lo dejaba todo, mi vida, mi familia, mis amigos, te dejaba a ti.

Un mes después me encontraba perdida en la terminal, esperando un avión que me llevaría a mi nueva vida, donde empezaría de cero, donde la emoción y la ilusión convergían. A penas tuve tiempo de hacerme a la idea de todo lo que dejaba atrás, simplemente sentía que era lo que debía hacer y lo hice. Un cambio sustancial en un breve espacio temporal, cerré los ojos y cuando los volví a abrir todo había cambiado.

Habían pasado casi dos meses, desde el inicio de mi nueva vida, tenía la sensación de que el tiempo se había esfumado entre mis dedos. Abrí la ventana, respiré hondo y fue entonces, al mismo tiempo que el aire puro de la campiña francesa llegaba a mis pulmones, cuando descubrí que ya las cosas no volverían a ser lo que fueron. En ese instante un haz de melancolía recorrió mi cuerpo, si es cierto, todo cambia y evoluciona, por mucho que nos resistamos, y ahora yo lo estaba viviendo en primera persona. No sé bien como explicar esa transformación, simplemente son cosas que pasan, un día te levantas y en esencia sigues siendo tú, aunque en tu interior algo ha cambiado. Y ahora estaba aquí.

2 comentarios:

  1. Conozco esa historia!

    Creo que hay gente que siempre necesita un cambio, no creo que sea inconformismo, es simplemente que es consciente de que hay siempre algo más que hacer.

    Un beso.

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  2. Puede que sea una mezcla entre el inconformismo, la inquietud por hacer algo más, por superarse, por vivir nuevas experiencias o simplemente puede que sea porque se espera algo más de la vida, y nos resistimos a pensar que el resto de nuestros días serán una copia del día anterior.

    Besos

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